Sintaxis del Español

Dra. Irma Villasana

Est. Marlen Soriano

Propósito

Que las y los estudiantes identifiquen las diversas estructuras sintácticas del español, a través de un proyecto de investigación-acción, que les permita diagnosticar el nivel de complejidad sintáctica de las producciones del estudiantado de educación Secundaria y a partir de ello diseñar situaciones didácticas que propicien la reflexión de la lengua.


Descripción

Este curso pretende que las y los docentes en formación comprendan la composición sintáctica del español, sobre todo en nivel compuesto, desde un enfoque pragmático. Aquí el saber sintáctico no se trabaja de forma aislada del discursivo y pragmático. Al momento de aprender tanto las estructuras coordinadas como subordinadas, los estudiantes comprenden la relación existente entre determinadas estructuras sintácticas en nivel compuesto y las tipologías textuales propias de diversas prácticas sociales del lenguaje, así como la determinación del índice de complejidad sintáctica como un indicador del nivel de competencia comunicativa de una comunidad de hablantes, 1 con el fin de elaborar investigaciones en el ámbito de la lingüística aplicada y la planificación lingüística.

Como ya se ha mencionado en el curso de Morfología del Español, dentro de la formación docente disciplinar del campo de lenguaje y comunicación es central la comprensión de la estructura de la lengua, ya que ello permite diseñar situaciones de aprendizaje que propicien que los estudiantes de educación secundaria utilicen los recursos lingüísticos adecuados a las situaciones comunicativas en que interactúan tanto dentro como fuera de la escuela. Como uno de los fines de la educación secundaria es formar usuarios competentes de la lengua, el estudiantado requiere poseer un saber lingüístico sólido para que sea capaz de identificar qué recursos morfológicos y sintácticos se requieren para comprender y/o producir tal o cual superestructura o macroestructura. 

Por una parte, según Villasana Mercado (2010), el sujeto que posee un nivel bajo de complejidad sintáctica tiene dificultades para comprender el mundo y describirlo, puesto que no cuenta con los recursos léxicos y sintácticos necesarios para precisar relaciones entre diversos fenómenos; sin embargo, quien desarrolla un nivel alto es “capaz de organizar cláusulas complejas, donde cada uno de cuyos elementos integrantes ocupe el lugar que le corresponde y cumpla con la función que le es propia,” y, por tanto, “sin duda alguna, (…) capaz de organizar bien sus ideas, sus deseos, sus propósitos, sus iniciativas.” (Lope Blanch, 1983, p. 80).

A diferencia de otras especies, como los simios y las abejas, que poseen un código de comunicación restringido, gracias a la sintaxis, el hombre produce gran cantidad de oraciones con un repertorio fonético reducido. Durante la adquisición de las reglas gramaticales de una lengua, el hablante presenta variados niveles de desarrollo, desde una pre-gramática cuyas características son ausencia de morfología, construcciones coordinadas y de nivel simple, velocidad lenta de procesamiento, hasta la gramática intensional cuya adquisición es tardía. Kamiloff-Smith señala que hasta los cinco años puede considerarse que inicia el desarrollo de la complejidad oracional. Dicho tardanza en términos psicogenéticos es un reflejo de lo que ocurrió en la evolución humana. (…) Si el nivel sintáctico se adquiere tardíamente y no se refuerza, el hablante difícilmente desarrollará una gramática intensional que a su vez propicie el surgimiento de una mente letrada (Villasana Mercado, 2010, p. 24).

Por otra, en una investigación centrada en comprender el lugar del saber gramatical en distintos planes de estudios para formación inicial de docentes en México, Sánchez Gómez (2015) concluye que el tránsito del enfoque gramatical al enfoque comunicativo funcional ha permitido que se enfatice el saber pragmático más que el lingüístico. Se ha disminuido el espacio curricular brindado al conocimiento formal del sistema lingüístico; esto ha propiciado que haya dificultades cuando los profesores pretenden modelar el saber gramatical (fonológico, morfológico, léxico, sintáctico e incluso, semántico) empleado en una práctica social del lenguaje específica.

En Latinoamérica, las investigaciones sobre la estructura sintáctica de la lengua española han dado continuidad a las aportaciones centrales del lingüista cubano Humberto López Morales y el mexicano Juan Miguel Lope Blanch, basadas, a su vez, en los trabajos de Kellog Hunt. En nivel nacional, sobre todo, desde la Universidad Nacional Autónoma de México, se han llevado a cabo diversas investigaciones que pretenden ilustrar, por un lado, la estructura sintáctica propia del español de México (Lope Blanch, 1979; 1983; Rodríguez Guerra, 1998; Arjona Iglesias, 1991, 2001); por otra, dar cuenta de la diversidad lingüística en México a partir del estudio del tipo de oraciones utilizadas por una comunidad de habla específica o aquellas que se hallan en situación de contacto lingüístico.

Si bien, estas investigaciones muestran cuáles son las relaciones sintácticas más frecuentes en el español de México como es el caso de las relaciones coordinadas copulativas, así como las subordinadas sustantivas objetivas directas, también, desde una perspectiva crítica, enfatizan que el empleo de tal o cual estructura sintáctica depende de factores dialectales, sociodialectales y situacionales. Por ejemplo, en el español culto aparecen estructuras más complejas que implican el dominio de los elementos intensionales como las cláusulas subordinadas sustantivas de complemento de régimen de verbo prepositivo, así como adnominales, mientras que en el coloquial prevalecen las relaciones coordinadas (yuxtapuestas).

Asimismo, plantean que los recursos sintácticos empleados por hombres y mujeres son distintos debido a las funciones que históricamente han asumido en una realidad androcéntrica. Hay estudios que muestran que en los discursos espontáneos de las mujeres aparecen con mayor recurrencia que en los de los hombres relaciones sintácticas causales, finales, condicionales, consecutivas, lo cual sugiere que las hablantes requieren fundamentar más su posicionamiento ante tal o cual tema que los hablantes masculinos (Villasana Mercado, 2010).

Por ello, en este curso se pretende propiciar un saber sólido sobre la estructura sintáctica en nivel compuesto del español, desde una perspectiva pragmática, crítica, de género e incluso intercultural. Este curso se ubica en el quinto semestre del trayecto formativo Formación para la enseñanza y el aprendizaje, incluye un total de 4.5 créditos que son abordados en 4 horas semana-mes. Se compone de tres unidades de aprendizaje: Unidad de aprendizaje I. Estructuras sintácticas del español, Unidad de aprendizaje II. Relaciones sintácticas coordinadas y subordinadas, Unidad de aprendizaje III. El desarrollo de la complejidad sintáctica desde un enfoque pragmático.

La primera propone que las y los docentes en formación reconozcan la relación existente entre el nivel de complejidad sintáctica y el desarrollo de la competencia comunicativa; revisarán estudios recientes respecto a las estructuras sintácticas utilizadas por diversas comunidades de habla o en diferentes prácticas sociales del lenguaje; reflexionarán sobre el concepto de oración desde un enfoque gramatical; disertarán sobre la oración simple y compuesta, la distinción entre estructuras coordinadas y subordinadas, y cómo la frecuencia de aparición de dichas estructuras sintácticas está vinculada tanto con el nivel de desarrollo cognitivo de los hablantes como con el tipo de texto producido dentro de una determinada situación comunicativa.

Asimismo, la segunda unidad de aprendizaje pretende que el estudiantado conozca diversos tipos de estructuras sintácticas coordinadas (copulativas, adversativas, disyuntivas, distributivas, explicativas, entre otras) y subordinadas (sustantivas, adjetivas y adverbiales), con el fin de, por un lado, analicen los recursos sintácticos predominantes en un determinado tipo de texto propio de una cierta práctica social del lenguaje, y por otro, elaborar investigaciones en el ámbito de la lingüística aplicada y la planificación lingüística. Finalmente, la tercera unidad tiene como propósito que diseñen situaciones didácticas que propicien la reflexión de la lengua (en nivel, sobre todo, sintáctico) en educación secundaria o realicen una investigación en el ámbito de la lingüística aplicada.